jueves, 5 de agosto de 2010

¿Quiéres que tus hijos crezcan sanos?


Si quiere que sus hijos estén
más sanos y seguros, hable con ellos.


Muchos padres desean mantener a sus hijos sanos y seguros, pero no saben por dónde empezar. Las siguientes ideas pueden ayudarle a sentar un buen cimiento a medida que sus hijos crecen, desde pequeños hasta convertirse en adolescentes.

Edad Preescolar

Déles a sus hijos su atención completa por lo menos una vez al día. Hable con
ellos, escúchelos y juegue con ellos.



Hable sobre su salud. Hábleles de que sus cuerpos necesitan alimentos sanos,
ejercicio, limpieza en las manos y visitas al médico.



Corrija a sus hijos explicándoles el “por qué” de sus reglas. Esto ayudará
a que entiendan lo que son las consecuencias y les enseñará autocontrol y
buenas habilidades para la toma de decisiones.



Cuando sus hijos se frustren, ayúdelos a expresarse con palabras. Enséñeles
escapes positivos para sus sentimientos, como saltar, correr o hablar.



Aliente a sus hijos a pedir ayuda cuando la necesiten y apóyelos.


Cada día, déjelos tomar algunas decisiones significativas, como qué ropa ponerse o qué comer. Elógielos por tomar las decisiones correctas. Si la decisión no fuese buena, repase otras posibles opciones y explíqueles por qué tienen que elegir otra opción.





De kindergarten a tercer grado

Continúe utilizando la disciplina positiva, como el establecer una penitencia
(time-out) o quitarles un juguete o privilegio favorito, a fin de reforzar el
autocontrol y crear autoestima.



Reconozca cuando hagan algo sano, como comer frutas o verduras, y elógielos por elegir una buena opción.



Ahora ya puede comenzar a definir lo que es una adicción. Dígales que el uso
de drogas puede convertirse en un mal hábito que es difícil de dejar.



Explique la diferencia entre las drogas apropiadas (como los medicamentos
vendidos por receta médica) y las drogas inapropiadas (como el alcohol y
el tabaco).



Ayúdeles a entender por qué los adultos pueden tomar bebidas alcohólicas,
pero los niños no.





De cuarto a noveno grado

Antes de terminar la escuela primaria, sus hijos deben saber cuáles son los
efectos a largo plazo de las drogas, el alcohol y el uso de tabaco sobre el
cuerpo y la mente.



Enséñeles a darse cuenta de cómo la televisión, las películas y la música
promueven las drogas, el alcohol y los cigarrillos.



Déles alternativas diferentes a las drogas, como los deportes, la música, la
iglesia y los clubes/asociaciones.



Enséñeles de forma activa, y SEA MODELO DE, habilidades para la resolución de
conflictos y habilidades para enfrentarse a las situaciones, como escuchar a los
demás y buscar soluciones justas para los problemas.



Siempre dedique tiempo a escuchar, no juzgar, lo que sus hijos dicen.





Instituto de segunda enseñanza

Hable abiertamente con sus hijos acerca de lo que es la influencia de los amigos.



Proporcione información basada en datos sobre los efectos a largo plazo de las
drogas, las bebidas alcohólicas y el uso de tabaco (vea “Datos que debe saber
respecto al uso de drogas” en este folleto).



Continúe hablando y siendo modelo de habilidades de autoexpresión y otras
estrategias de resolución de conflictos.



Manténgase al tanto de la vida personal de sus adolescentes. Conozca a sus
amigos y a los padres de sus amigos y sepa dónde están en todo momento.



Haga tiempo para hablar. Pregúnteles sobre cualquier tema, como música,
películas, sus sueños y planes para su futuro, etc.



Dígales frecuentemente que los quiere.



Elógielos por sus esfuerzos al elegir las opciones correctas. Dígales que usted sabe lo difícil que es ser un adolescente.



Continúe manteniendo límites, reglas y expectativas para sus adolescentes, dándoles más responsabilidad de acuerdo con su madurez. Deje que tengan una voz en el establecimiento de las reglas.



Resolución de Conflictos
y Prevención de la Violencia


Antecedentes
Todo el mundo se enoja y todos nos enfrentamos con conflictos. Lo que determina la diferencia es la forma en que se manejan los conflictos. Una de las razones más comunes para la intensificación de los conflictos es la falta de comunicación. Por eso es que es importante ayudar a los hijos a aprender formas positivas de manejar los conflictos. Los siguientes son algunos pasos simples:

Cuando sus hijos estén enojados o frustrados dígales que se calmen;



Si dos hijos están molestos el uno con el otro, haga que expresen sus sentimientos por turnos sin interrupciones;



Haga que cada hijo dé una idea para resolver el conflicto;



Convenga en una solución o en alejarse y hablar sobre el problema cuando los hijos se hayan calmado.



¿Qué es la violencia?
La violencia puede ir desde abuso verbal y zurras o tundas excesivas hasta casos más serios de agresión y abuso infantil.

¿Dónde comienza la violencia?
Los jóvenes no son violentos por naturaleza. La violencia es una conducta aprendida que se puede quitar. En la mayoría de los casos, los jóvenes aprenden cómo responder a los conflictos en el hogar, en la escuela, a través de los medios de difusión y a través de sus compañeros y amigos.

¿Qué puede hacer USTED como padre con respecto a la violencia?

Hablar con sus hijos, comenzando desde una edad temprana, y hacerlo a menudo. Los padres tienen el poder de ayudar a que sus hijos estén sanos, seguros y que confíen en sí mismos. Esto se hace enseñándoles a los hijos cómo resolver los conflictos pacíficamente, y cómo pueden tomar decisiones inteligentes para protegerse a sí mismos.

El control de la violencia comienza con la disciplina

La disciplina es un entrenamiento que se espera produzca un tipo o patrón específico de conducta; entrenamiento que produce mejora moral o mental.
La definición de castigo es la penalización por una infracción. Existe una gran
diferencia entre disciplina y castigo. Estos son algunos ejemplos::




Hable con sus hijos acerca de la violencia

1) Hable con sus hijos acerca de la violencia.

2) Reconozca los temores de éstos respecto a la violencia y hable con ellos desde una edad temprana y a menudo.

3) Controle su propia conducta. Los hijos siguen su ejemplo, así que no use la fuerza física para resolver conflictos, utilice las palabras.

4) Establezca reglas para sus hijos. Dígales que no va a tolerar conductas violentas ni en el hogar, ni en la escuela, ni afuera en la comunidad. Dígales que el fastidiar a otras personas puede convertirse en hostigamiento y eso puede traer
malas consecuencias.

5) Supervise la exposición de sus hijos a la violencia de los medios de difusión. Esté al tanto de los rótulos de advertencia a los padres con respecto a las películas, la música y los juegos de vídeo.

6) Limite la televisión a programas que sean apropiados para la edad de sus hijos y que no promuevan la violencia.

7) Establezca reglas en cuanto al uso del Internet. Ubique la computadora en una sala u otra área abierta donde usted pueda vigilar los sitios de Internet que visitan sus hijos. Puede hasta bloquear el acceso a los sitios que no sean apropiados para niños.

8) Establezca consecuencias. Si su hijo hostiga o golpea a otro niño, se le debe castigar poniéndole de penitencia (time-out) – un tipo no violento de disciplina.

9) Hábleles a sus hijos sobre las pandillas y camarillas. Los jóvenes desean sentir que pertenecen a algo y andan en busca de apoyo. Y algunas veces son aceptados por grupos cuyas conductas son negativas y antisociales. Si usted sospecha que su hijo(a) está metido(a) en una pandilla, hable con él/ella sobre el asunto de forma directa.

10)Sepa quiénes son los amigos de sus hijos. Hable con los padres de los amigos sobre lo que se les permite hacer, lo que se les permite ver en la televisión, o los juegos de video que juegan cuando están de visita. Pregúnteles a los padres si tienen un arma de fuego en la casa. Si la tienen, asegúrese de que hayan tomado precauciones de seguridad para evitar un disparo accidental.

11) Sepa dónde están sus hijos en todo momento. Supervise a los niños pequeños.

El uso de mensajes que utilicen la palabra “Yo”

Ayude a que sus hijos entiendan que el mantener la tristeza y el enfado para ellos mismos, puede hacerles daño. El enfado que no se expresa puede convertirse en arranques violentos. La tristeza que no se expresa puede hacer que los niños quieran hacerse daño a sí mismos o correr riesgos peligrosos. Los mensajes con la palabra “Yo” se centran en sentimientos, necesidades y pensamientos. Cuando los niños y los adultos entienden los mensajes con la palabra “Yo”, pueden darse cuenta de sus propios sentimientos y de cómo esas emociones afectan a los demás. Ayude a que
sus hijos practiquen el uso de mensajes que utilicen la palabra “Yo” de la manera siguiente:


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